martes, 14 de agosto de 2012

La Importancia del Tripode



La Comunidad y la crisis


¿Quien no ha pasado por no tener ganas de caminar?¿quien no se ha preguntado alguna vez que sentido tiene estar llegando al mismo lugar, con los mismos de siempre, a oir lo mismo? Ante un momento como ese hay dos caminos: escandalizarnos de nosotros mismos y dar el portazo, o verlo como lo que es: una crisis pasajera y SUPERABLE si hacemos lo que tenemos que hacer.

Nosotros por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque cuando recibieron la Palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios, que actúa en ustedes, los que creen.
1 Tesalonicenses 2,13

La crisis es algo normal en el caminar del cristiano, normal, común y silvestre , pero tenemos que aprender a diferenciar las crisis, porque hay una gran diferencia entre tener holgazanería de ir a la iglesia, incomodarse por las actitudes de algún hermano concreto, escandalizarse por los pecados propios o en ultimo caso cuestionar nuestra fe en la Iglesia o en creer en Dios.

La mayoría de veces hacemos una sola mezcla de todo, confundimos todos los tipos de crisis y usamos algunos para esconder los verdaderos motivos de porque caemos en el desgano de hacer el trípode. Es un verdadero circulo vicioso, dejar de recibir palabra nos lleva a la crisis y la crisis nos da excusa para no ir a recibir palabra.

La manera mas común de todas es esconder detrás de las actitudes de otros las verdaderas razones por las que no queremos llegar a la Iglesia, “yo no llego porque no aguanto a X y a Y hermano”, es que “allí no se quieren”, etc. etc. etc. Obviamente es mucho mas fácil buscar excusarse en otro que en escarbar hacia dentro de uno mismo y hacer todo un ejercicio de discernimiento cristiano y descubrir las “secretas intenciones” del propio corazón.

Es inevitable para llegar hasta la crisis el primero pasar por un tiempo con “alimentación ineficiente”, léase ir a veces si a veces no. Ir dejando el espíritu sin palabra de Dios, nos debilita poco a poco, destruyendo nuestros “anticuerpos” ante todas las maneras de pecado y malos pensamientos. ¿Nunca te has fijado que los que menos llegan son los que mas se quejan? es que si no estas alimentando espiritualmente tu alma, de adentro de uno no nace nada bueno, solo el contacto con la palabra “domestica” la bestia quejumbrosa y violenta que andamos cargando.

Pero mas allá de las razones, esta el hecho real y palpable que no queremos seguir, es allí donde la cita de 1 Tesalonicenses coge fuerza, la Palabra de Dios, ACTUA en los que creen. La palabra, el contacto con la palabra, es algo que normalmente despreciamos, “¿para que voy a oír a la misma hermana decir el mismo eco por enésima vez?” "¿Para que voy a escuchar a ese Hermano que habla demasiado?" que no hermano, que no, tu vas a escuchar la palabra, muchas veces no abrimos el oído a la proclamación de la palabra, sino que nos quedamos hasta los ecos a ver de que iba el asunto, cuando la palabra proclamada tiene la fuerza del Espíritu de Dios concentrada, una sola cita le puede decir una cosa diferente a cada uno según el Espíritu Santo crea conveniente (de allí la importancia de escoger buenos lectores en la comunidad). Aun cuando pasemos por tiempos de “sin sentido” el trípode debería ser no negociable porque nos exponemos a una crisis de verdad, lo que empieza con una simple holgazanería puede terminar en un verdadero caos de vida.

¡Animo hermano! La palabra te va a dar vida y sobre todo discernimiento sobre tu vida. Todas las preguntas, dudas y problemas que tienes se resuelven con discernimiento cristiano, pero ese no lo venden embotellado, ¡tienes que ir a recibirlo de la fuente! No te dejes vencer fácilmente, combate por escuchar la palabra que es al final Dios mismo hablando contigo.

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