domingo, 2 de septiembre de 2012

La Importancia del Salmista


II convivencia de cantores.
Madrid, marzo 1978.
Kiko Argüello.

Que el Señor nos conceda humildad para este servicio
y poder expresar en el ambón los sentimientos del salmista
para ayudar a la asamblea y esto es solo gracia.
La Paz

El cantor
Este servicio es importante en la comunidad. ¿Qué misión tiene el cantor en la comunidad?
:
ayudar a los de fe más débil, la música acompaña y sirve a éste, acompañar a la palabra.

El canto es un sacramento (signo visible), es una forma por la que la comunidad dice a Dios,
mediante signos, que la Palabra proclamada ha sido fecunda, que ha cumplido su misión
en medio de nosotros.

Dice la Escritura que la Palabra de Dios es como la lluvia que cae sobre tierra y siempre la
fecunda, nunca vuelve a Dios vacía. La respuesta a la Palabra en la asamblea es el canto.
Siempre que cantamos Palabra de Dios, se la devolvemos hecha carne, hecha canto, cantada a
una voz.

¿Cuál es la misión de la Palabra en la comunidad?. La Palabra crea la comunión, la koinonía,
el amor entre nosotros. Los amigos cuando se lo pasan bien cantan juntos, no así los enemigos.
De alguna forma la Palabra logra ponernos en comunión. El canto crea la comunión. Tiene la
misión de hacer de la pluralidad, suma de personalidades individuales sin comunión interior, la  
comunidad. El canto expresa lo que hace la Palabra en medio de la pluralidad.

La primera expresión en la comunidad, los primeros berridos, son los cantos, que preanuncian
que se empieza a crear la comunión. Cuando se está en crisis no se canta. Por eso, dime
cómo canta una comunidad y te diré que espíritu tiene.

El cantor ayuda a que la comunidad cante, enseña los cantos. El cantor expresa que la
comunidad nunca subsiste sin Cristo que la fecunda, la perdona, la conduce por el camino que  
va al Padre, El está con nosotros, suscita catequistas, nos lleva paso por paso.

La comunidad no puede cantar sin su cabeza, Cristo. El solista representa a Cristo; la comunidad
responde al solista. Ningún salmo se canta sin estar unido a Cristo.

Todos tenemos un acusador, satán, te quiere convencer que tú eres un cerdo, un imbécil, que
estás neurótico, que nuca cambiarás de vida y te invita a largarte de aquí. Que te vayas y
te dejes de cristianismos, nos dice que Dios no puede querernos. El abogado, el que nos defiende,
es el Espíritu Santo paráclito. Nos dice lo contrario: Cristo ha muerto por todos los pecados.
Para salvar al pecador.

La fuerza del pecado es la ley, dice San Pablo; paga, no tienes salidas, el pecado te aplasta como
una losa, te mete hasta el fondo. La imagen de Cristo es que ha muerto por los pecados. La
imagen de Jesús en la cruz significa que cuando te sientas oprimido por el pecado, me sienta
cercado, la ley me condena, Jesús ha dado la vida por la Ley, Dios me acepta, no me rechaza,
me vuelve a perdonar, tengo en Jesús una luz para mis pecados, Jesús ha abierto un camino, es
el único que me quiere pecador, no quiere que peque porque el pecado me destruye. Viendo a
Cristo conozco a Dios, Cristo intercede, hace de puente, comunica a Dios, el Espíritu de Dios,
que me ama. Por eso Cristo canta con nosotros, dice en el salmo 16: "los enemigos me acusan:
venga de Tí mi sentencia, los demás me condenan, Tú ves la rectitud, soy inocente, tengo....";
Jesús reza con nosotros. Nos permite decir: "Tú me escrutas por la noche y ves que no tengo
malicia en mi corazón". Jesús se ha hecho uno contigo, se presenta ante el padre unido a ti.
Jesús muere, se hace carne conmigo, se ha hecho Kiko, pecador.

Nunca cantamos la Palabra de Dios sin Jesús. Tú sabes que no hay malicia en mí, puedo decirlo
porque Cristo está cantándolo conmigo, me acompaña. Hay una parte que la canta el solista.
La comunidad unida a Cristo remacha. Es importante que el cantor haga el servicio con
un mínimo de humildad:"la humildad es la verdad" (Sta. Teresa).

La música es a la Palabra lo que el Espíritu al cuerpo. Cada palabra tiene una música, la música
es el tonillo. Al hablar lo hacemos con una música. Lo que nos molesta a veces es el tonillo (¡Nos
dice la cosa con retintín!...). Cada palabra tiene una música. Esa música, es el espíritu de la
palabra, como el cuerpo, y que procede del espíritu del hombre, de cómo lo sienta, por eso el
que habla, por su música se puede conocer si suena a falso, pues es difícil engañar, pues no
depende de la razón sino del subconsciente, no la puedes controlar.

Uno se enrolla porque quisiera decir la verdad pero no la dice, no da de lo de dentro y se le
nota. Otro, el neurótico, todos los días contando batallitas. Otro, habla y todos le
escuchan, cuenta sus vivencias, nos damos cuenta de que al hablar da algo, todo el que se da
aporta, da algo.

Cuando uno se enrolla...¿Qué quiere decir que se enrolla?: que envuelve, intenta camuflar sus
palabras, y se nota. La música de las palabras no se puede cambiar. Por eso lo lectores de la
Iglesia no eran gente de la radio, en primer lugar porque no había; se elegían entre los que
tenían fe, que podían testificar el Evangelio. Cuando lo proclamaban metían su música, su vida.

Cuando la comunidad llegue a su madurez surgirán ministerios según su fe. Todo esto es para
decir que con la Palabra cantada es peor. Todo cambia cuando se habla con el Espíritu. De lo
contrario al hablar uno dice su verdad: que es un pecador,..., y no hay quien lo aguante.

Cantar es difícil, no porque haya que vocalizar, etc., sino porque es difícil expresar lo de dentro,
mostrar el contenido del Evangelio. Os invito a cantar en la Verdad, que sale siempre del
corazón, para no ser signos de vuestro pecado. La música no se puede camuflar. Se va a
descubrir en el camino el servicio de salmista, importante y difícil.

¿Cómo se forma un cantor?: el cantor se va formando conforme vive su fe. Hacer buenos
cantores es hacer gente que viva el cristianismo. Conforme vive su fe, crece su posibilidad de decir.

Ahora que hace falta un mínimo de voz, aunque lo importante es que se sienta, y no se
siente porque uno quiera, se nota si uno está afectado, canta con afectación. En la asamblea
cristiana no había este ministerio.

Es importante la postura, pues quita si no el respeto a la Liturgia, porque hay una presencia; con
el cuerpo se dice aquí está Cristo. Estamos en el nombre del Señor, haciendo un servicio, está
el Espíritu del siervo sufriente. El cantor es el que tiene más Espíritu de este siervo, y  
posibilidades de exultar. El canto es la expresión religiosa más alta, más que el templo,
la música. Todas las religiones tienen sus cantos. Cantar con todas las fuerzas, alzando la voz a
Dios. El canto es a la Palabra lo que el Espíritu es al cuerpo... como la danza expresa el amor
comunicado, es una forma de sentirnos unidos al hombre, una asamblea que expresa lo que
hace el Espíritu Santo. Vamos a un tipo de asamblea comunitaria.

El Señor nos llama a convertirnos a cantor, a trabajar nuestro servicio, conocer un mínimo la
guitarra.

Lo más importante del canto es lo que lo conforma, la forma de decir, el músico viene detrás
al servicio del Espíritu. El cantor es un instrumento al servicio del Espíritu. Tenemos la
responsabilidad de que no se cante de cualquier forma, por eso hay que aprender bien los
cantos, cantarlos cercanos a nosotros los catequistas, ya que el Señor nos los ha inspirado
para abrir este carisma.

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